Entrevista
a Jorge Falcone por Marcela Bellagamba
(Carrera
de Sociología de la UBA)
Qué tipo de actividad realiza y en
qué área se desempeña actualmente. ¿Tiene conexión con el Movimiento de Documentalistas? ¿En qué
consiste?
Soy realizador de
contenidos para cine y TV y docente universitario de lenguaje audiovisual.
Formo parte del Movimiento desde comienzos de 2002,
participando como co organizador y jurado en festivales e investigador en la
materia.
Por qué trabaja ahí. ¿Cómo se
vinculó con dicho espacio? ¿Elige seguir allí? ¿Porqué?
Como
trabajador de la cultura, es el espacio en que me reconozco. Ingresé al cabo de
recibir una comunicación vía correo electrónico, contactándome con su mentor,
el realizador Miguel Mirra. Me contiene la filosofía antisistémica y ajena a
todo espacio institucional - ya sea político o gremial - que profesa dicho
colectivo.
¿Qué implica crear un
movimiento de documentalistas?
Oportunamente
supuso sentar una postura autogestiva, intransigente, y solidaria con el Nuevo
Movimiento Social emergido hacia el Argentinazo de 2001, basada en hacer
documentales CON y no SOBRE los sujetos sociales.
¿Qué papel desempeñan los
documentalistas en el movimiento?
Desde
nuestros orígenes hemos venido acompañando e intentando reflejar en nuestras
producciones la afligente realidad nacional y de Nuestra América, tratando de aportar materiales que
estimularan el pensamiento crítico de su público.
¿Cuáles son las estrategias
y/o prácticas para difundir y distribuir los documentales? ¿De qué recursos
materiales y simbólicos disponen?
En
tanto procuramos llegar a un destinatario con capacidad de poner en acto la
resolución de los dilemas que plantea nuestra labor, prácticamente hemos
prescindido del circuito comercial de exhibición cinematográfica creando
nuestros propios canales de difusión a través de centros culturales,
cooperativas, o locales de organizaciones sociales amigas, contando en la
mayoría de los casos con la colaboración organizativa y a menudo económica
suministrada por dichos espacios, hasta ganarnos merced a nuestra independencia
un lugar de referencia en el campo de la comunicación y la cultura, a nivel
nacional e incluso regional.
¿Cómo se va construyendo un
nuevo espacio cultural alternativo para la reflexión y la crítica? ¿Porqué es
indispensable para la comunidad?
Dado
que hemos ido transitando desde Sociedades
del Disciplinamiento en que se sometía a la comunidad por la fuerza a estas
otras Sociedades del Control en que
se la sojuzga a partir de la concentración mediática y el establecimiento de un
pensamiento único, nos parece tan necesario como urgente potenciar voces e
imágenes alternativas que construyan sus propias cajas de resonancia desde
abajo hacia arriba y desde la periferia al centro.
¿En qué
consiste el concepto de autogestión social y solidaridad compartida del movimiento?
En no aceptar
recursos del aparato del Estado y procurar los propios, ya sea desde la co
producción tradicional o el novedoso financiamiento colectivo on line (crowdfunding), y en desarrollar
proyectos en co autoría con los sujetos sociales a abordar (empresas
recuperadas, piqueteros, asambleas barriales, luchadores por los DDHH,
organizaciones socioambientales, etc.)
¿Qué piensa sobre los medios de
comunicación de masas, especialmente el cine? ¿Existen obstáculos y
dificultades en las representación de los sujetos?
Salvo
en el vasto entorno inaugurado por la innovación tecnológica - blogósfera y
emisoras de radio y TV vía streaming
-, la ofensiva conservadora ha limitado notablemente los espacios consagrados a
aportar a una pluralidad de voces e imágenes. El shock tarifario que padecemos
también ha contribuido a limitar los consumos que no son de primera necesidad,
lo cual siempre impacta negativamente en el campo de la cultura y el arte. En
el caso específico del cine, salvo en los Espacios INCAA aún dedicados a
difundir la producción nacional menos comercial, el precio de la entrada al
cine se ha ido por las nubes, lo que genera un público cada vez más selecto. Y
los festivales de mayor gravitación, como Mar del Plata o el BAFICI,
últimamente se han ido consagrando a la divulgación del cine mainstream o de productos experimentales
sumamente elitistas y bastante distanciados de las urgencias que padece nuestro
pueblo. Este contexto contribuye a que el cine industrial con mayores chances
de circulación masiva también se dirija a un público de sectores medios que
conservan capacidades de consumo suntuario, lo cual condiciona a que sea más
frecuente estrenar filmes sobre mujeres aburridas en un country, como "Las
viudas de los jueves", que abordar las pésimas condiciones de trabajo de
un peón santiagueño, como en "El Patrón".
Si encontrase alguna, ¿cómo
resuelven esos obstáculos y remueven las dificultades?
Nuestro quehacer
se ha orientado a poner sobre el tapete problemáticas generalmente ausentes de
- o tergiversadas por - la agenda mediática, como las nuevas formas de
organización y lucha política o el genocidio socioambiental en curso, y siempre
han sido sus protagonistas quienes han aportado a multiplicar canales para la
circulación de dicho material.
¿Qué perspectivas tiene con
respecto al campo de la cultura y la comunicación? ¿Qué atributos le confiere
al documental? ¿Cuál sería a su criterio el carácter de un buen documental?
¿Qué diferencia existe entre el documental y la ficción? ¿Qué expectativas
tiene en relación a la producción documental?
La cultura es un
fenómeno vivo e inherente a los pueblos, por lo que a la larga no puede ser
sofocado, y las redes sociales - donde el poder no siempre se sale con la suya
- potencian actualmente el eco de las producciones alternativas. Debido a su
pacto de lectura, que demanda cierta concentración en el desarrollo y
fundamentación de un tema, el documental tiene un potencial desalienante del
que carecen los noticieros televisivos, sujetos a un perverso zapping informativo que alterna entre el
drama y la frivolidad. A mi criterio, el mejor documental es el que consigue
interpelar al poder más allá de la pantalla, como ha ocurrido por ejemplo con
"Awka Liwen", de Osvaldo Bayer y Mariano Aiello, que puso contra las
cuerdas a la familia Martínez de Hoz. Se trata de un tipo de cine portador de
un cierto estatuto de verdad que no se le exige al de ficción, mayormente
condicionado por la industria del entretenimiento. Hoy el paradigma digital ha
permitido abaratar costos, miniaturizar dispositivos de registro, y tornar
sumamente accesible la posibilidad de facturar producciones autónomas con
enorme dignidad, lo cual redunda en un incremento exponencial de material
documental que comienza a colapsar los circuitos tradicionales de exhibición creando la necesidad de inventar otros, todo
lo cual responde a la irrupción de una nueva generación ávida por difundir y
consumir verdades, que se ha vuelto a enamorar del cine que venimos revisando.
¿Concibe al contenido del documental
como una trasmisión de significado e información?
Definitivamente. Abundan
documentales con enorme capacidad de provocación, como lo demuestra la obra de
la colega Malena Bystrowicz, por citar un ejemplo que se destaca sobre otros.
¿Está convencido de que el
documental es acción? ¿De qué tipo es la que emprende?
Como expresara antes, el documental de tipo político, social o
antropológico está llamado a movilizar conciencias para que pasen a ejercer una
acción transformadora de la realidad, siempre destinada a ennoblecer la
condición humana.-